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Jacobo Urso, el "Prócer" de Boedo |
Fuente: Más que fútbol
Muchas
veces escuchamos en el argot futbolero la trillada frase: “Hay que dejar la
vida en la cancha”, pronunciada a menudo
por periodistas e hinchas hacia
los futbolistas, pero lo asombroso del asunto es cuando pierde el sentido
figurado y se deja literalmente la vida
en el campo de juego.
El futbolista
Jacobo Urso, nacido en Dolores, Buenos Aires, el 7 de abril de 1.899 se enroló
en las filas del naciente club San Lorenzo de Almagro, situado en el barrio de
Boedo. En apenas un año (1.914 – 1.915) Jacobo ascendió de sexta a tercera
categoría –algo inusual para la época- y debutó finalmente en el plantel
estelar a la edad de 17 años.
Luego de varios
partidos memorables del mediocampista izquierdo, recibió su primer llamado a la
selección Argentina en 1.919, convirtiéndose en el primer futbolista de SanLorenzo convocado a la selección absoluta.
Transcurría la décimo
tercera fecha del torneo amateur de Argentina, jugada el domingo 30 de julio de
1.922 y San Lorenzo se enfrentaba al Club Estudiantes de Buenos Aires.
A pesar de su
posición de volante por izquierda, aquella tarde Jacobo tuvo que ocupar el
puesto de volante central, pues su compañero
Luis Vaccaro, quien habitualmente operaba en el puesto, se encontraba
lesionado. Con la responsabilidad de un oficio poco común para él (labores de
marca) estaba dispuesto a no hacer notar la ausencia de Vaccaro.
En el primer
cuarto de hora del partido Jacobo busca una pelota en el medio sector con tal
vehemencia que le fue imposible evitar el choque contra los adversarios Comolli
y Van Kammenade. Urso tardó varios minutos en reincorporarse y tomándose
el costado respiraba con dificultad el aire que se mezclaba con la sangre
expulsada a causa del violento golpe.
Sin embargo, rehusó
abandonar el terreno de juego para no dejar a su escuadra con 10 jugadores, ya
que los cambios no estaban permitidos en aquel entonces y continuó en cancha
pese a la insistencia del entrenador y compañeros. Aceptó un pañuelo para
contener la sangre y premio a su heroico esfuerzo cuando faltaban 15 minutos para
terminar la contienda realizó un pase al área a su hermano Antonio quien
derrotó al arquero rival y decretó el definitivo 1 a 0.
Debido a su acción
extrema quedó desmayando en el suelo inconsciente, siendo trasladado a un
hospital. Al recobrar el sentido se encontró a sí mismo en un estado deprimente
con dos costillas rotas, atravesando su pulmón y dos operaciones por delante,
las cual no resistió, escapándosele la vida a los 23 años, luego de una semana
agónica y el calendario marcó 6 de agosto de 1.922.
El barrio deBoedo se tornó oscuro y gris por el mal
clima y la partida de un ser que dejó la vida por sus colores. La lluvia se
confundió con las lágrimas de 7.000 aficionados que rendían pleitesía al “Prócer”
de Boedo.
Años más tarde
la directiva de San Lorenzo instituyó el “Premio Jacobo Urso” destinado al
deportista que haya destacado en su disciplina.
Jacobo disputó
107 encuentros y 6 goles con la camiseta azulgrana, pero su aporte no tiene
precio y sirve de inspiración para todos los jugadores que necesiten sentir el
verdadero amor y sentimiento por el conjunto de Boedo. Hasta la próxima.