LA HINCHADA FIEL

domingo, 25 de diciembre de 2011

Anécdota futbolística: Juan Manuel Bazurco, el sacerdote – futbolista


juan manuel bazurco
Juan Manuel Bazurco, sacerdote - futbolista


“El cura de los botines benditos” era como se le conocía en Ecuador al futbolista y sacerdote español Juan Manuel Basurco.

Vio la primera luz en Guipúzcoa, España en el año 1944. En la comunidad en donde él nació, perteneciente al País Vasco, se profesaba un ferviente catolicismo y Basurco años más tarde sentiría el llamado al sacerdocio como muchos jóvenes de su época.

Desde sus años de seminario Basurco era un gran aficionado al fútbol, integrando el equipo Motrico CD del País Vasco, que luego militaría en la Tercera División Española.

Tras ordenarse como sacerdote su destino inmediato fue Ecuador, concretamente San Camilo de Quevedo, correspondiente a la provincia de Los Ríos. En 1969,  mientras dirigía su parroquia, continuó con su afición deportiva recalando como futbolista amateur en el club local de Club Deportivo San Camilo. Luego de algunos partidos jugados se propagó la voz de que jugaba en la ciudad de Quevedo un delantero español de enormes cualidades en la posición de centro delantero y fue entonces cuando directivos de Liga de Portoviejo, que militaba en la Serie “A” de Ecuador se hizo de sus servicios, convirtiéndose así en futbolista profesional con previo permiso de las autoridades eclesiásticas, para posteriormente luego de exitosas actuaciones, obtener un contrato con uno de los clubes más populares de Ecuador: Barcelona S.C.

Como futbolista en Barcelona S.C actuó en 8 partidos, marcando dos goles, pero uno de ellos lo anotó por Copa Libertadores de América el 29 de abril de 1971 a Estudiantes, en la Ciudad de La Plata, Argentina, siendo el tanto de la victoria y que quitaba un invicto extenso al cuadro platense. Este acontecimiento pasaría a la historia del fútbol sudamericano como la “Hazaña de la Plata”

Debido a su vocación religiosa rescindió el contrato que lo ligaba a Barcelona S.C y regresó a Liga de Portoviejo, porque estaba más cerca de su parroquia. Sin embargo a finales de 1971 colgó los botines definitivamente y se dedicó solo al sacerdocio, pero su nombre se inscribiría perennemente en las páginas del fútbol, como “El cura de los botines benditos”. Hasta la próxima.