Luciano Re Cicconi, el ángel rubio. |
Fuente: Más que fútbol
Las ciudades del norte italiano, Milán y
Turín, dominaban el panorama futbolístico en el país azurra a través de los equipos Ac Milán, Internazionale y Juventus,
respectivamente.
Sin
embargo, a inicios de los 70 emergió una escuadra ruda pero práctica en el
campo de juego como lo era el conjunto capitalino Lazio, dirigido por el
Director Técnico Tommaso Maestrelli, que les valió ganar un Torneo Nacional (1973
- 1974) en donde destacaba un gran mediocampista italiano llamado Luciano ReCecconi apodado “El ángel rubio”-debido
a su dorada cabellera- ó el más peculiar apelativo “cuatro pulmones”, haciendo alusión a su despliegue físico –
táctico en el terreno de juego.
Luciano
era el “alma” de Lazio, dentro y fuera de la cancha. Un bastión inexpugnable a
la hora de regatearlo y ponía la nota jocosa en el vestuario.
Precisamente
pagó un alto costo por su forma de ser, siempre lleno de sonrisas y bromas para
sus compañeros. Transcurría una tarde tranquila en Roma el 18 de enero de 1977,
hasta que a Giorgio Fraticcioli, amigo de Luciano, se le ocurrió
gastarle una burla al joyero Bruno Tabocchini con la complicidad del “ángel
rubio” y su compañero de equipo, Ghedin.
El
joyero, había sido víctima de varios atracos en meses anteriores, por lo que
siempre estaba alerta. Luciano ingresa a
la joyería abruptamente y menciona a viva voz: ¡Esto es un asalto. Nadie se
mueva! Tabocchini de espaldas al supuesto agresor y decidido a no dejarse “robar”
se da media vuelta y lanza un disparo a quemarropa que se coló rápidamente en
el tórax del rubio mediocampista, escapándosele la vida en tan solo 20 minutos.
Días
más tarde, en medio de la conmoción italiana por la fatídica muerte del
jugador, un tribunal romano absolvía a Bruno Tabocchini alegando defensa
propia, a pesar de que la fiscalía pedía 3 años de prisión.
Así,
de esta manera absurda y extraña, “el ángel rubio” voló al infinito, con solo 28 años, para hacer sonreír a las creaturas celestiales. Hasta la próxima.