Juan Manuel Bazurco, sacerdote - futbolista |
Fuente: Más que fútbol
“El cura de los botines benditos” era como se le conocía
en Ecuador al futbolista y sacerdote español Juan Manuel Basurco.
Vio la primera luz en Guipúzcoa, España en el año 1944. En
la comunidad en donde él nació, perteneciente al País Vasco, se profesaba un
ferviente catolicismo y Basurco años más tarde sentiría el llamado al
sacerdocio como muchos jóvenes de su época.
Desde sus años de seminario Basurco era un gran
aficionado al fútbol, integrando el equipo Motrico CD del País Vasco, que luego
militaría en la Tercera División Española.
Tras ordenarse como sacerdote su destino inmediato fue
Ecuador, concretamente San Camilo de Quevedo, correspondiente a la provincia de
Los Ríos. En 1969, mientras dirigía su
parroquia, continuó con su afición deportiva recalando como futbolista amateur
en el club local de Club Deportivo San Camilo. Luego de algunos partidos
jugados se propagó la voz de que jugaba en la ciudad de Quevedo un delantero
español de enormes cualidades en la posición de centro delantero y fue entonces
cuando directivos de Liga de Portoviejo, que militaba en la Serie “A” de
Ecuador se hizo de sus servicios, convirtiéndose así en futbolista profesional
con previo permiso de las autoridades eclesiásticas, para posteriormente luego de
exitosas actuaciones, obtener un contrato con uno de los clubes más populares
de Ecuador: Barcelona S.C.
Como futbolista en Barcelona S.C actuó en 8 partidos,
marcando dos goles, pero uno de ellos lo anotó por Copa Libertadores de América
el 29 de abril de 1971 a Estudiantes, en la Ciudad de La Plata, Argentina,
siendo el tanto de la victoria y que quitaba un invicto extenso al cuadro
platense. Este acontecimiento pasaría a la historia del fútbol sudamericano
como la “Hazaña de la Plata”.
Debido a su vocación religiosa rescindió el contrato que
lo ligaba a Barcelona S.C y regresó a Liga de Portoviejo, porque estaba más
cerca de su parroquia. Sin embargo a finales de 1971 colgó los botines
definitivamente y se dedicó solo al sacerdocio, pero su nombre se inscribiría perennemente
en las páginas del fútbol, como “El cura de los botines benditos”. Hasta la
próxima.
2 comentarios:
un pibe nos bailo y un cura nos gano , el pibe bolanos y el padre basurco ,dijeron los argentinos.
Una buena época de los barcelonistas. Ojalá reverdecieran esos viejos laureles en el plano internacional.
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